-Creo que mi gran problema – dijo Raquel mientras se agarraba con fuerza de la barra del metro – es que quiero conseguirlo todo muy deprisa. Voy tan agobiada, ansiando tanto la perfección mientras sigo corriendo, que al final me olvido de saborear el camino.
– Pues no corras Raquel – respondió Johanna – si es que no sé para que te comes tanto la cabeza, ¡somos jóvenes!
– Sí, ya lo sé. No lo puedo evitar – suspiró – Es que tengo la sensación de que el tiempo pasa tan deprisa que se me va a escapar de las manos. ¿No te pasa que quieres hacer tantas cosas en la vida que parece que vamos tarde?
– Hablas como una abuela – se rió su amiga – ¿sabes qué necesitas? una buena cerveza. Anda, ¡vámonos!
El metro paró en la estación, abrió sus puertas y Johanna empujó a Raquel hasta el local a beber una cerveza tras otra, hasta que Raquel dejó de correr hacia el mañana para quedarse, carcajeando, con su amiga en el ahora.
Bien nos lo dijo Machado, caminante no hay camino, se hace camino al andar.
Y la buena cerveza la necesito yo haha.
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¡Viva la cerveza medicinal! jajajaja
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Muy cierto lo que dice Raquel, a mi a veces me pasa. Con suerte la frenesí de tenerlo todo ha frenado un poco y voy disfrutando del camino de la vida que me ha dado. Pero sin duda siempre hay épocas donde parece que el tiempo es arena y hay demasiadas cosas que quieres hacer, llegar a tener, y que solo el tiempo finalmente te las da. Solo hay que tener paciencia.
Por cierto, me encantan tus dibujos!!!!
Que pases un buen fin de semana 🙂
Cristina
PD: Te dejo el enlace de mi blog por si te apetece pasarte: https://themooninthedarkness.wordpress.com/
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Gracias Raquel!
Por decir que te gustan mis dibujos y por hacerme ver que no soy la única impaciente jajaja
Un abrazo grande y sin duda me paso en breve por tu blog.
Un abrazo y buen fin de semana a ti también!
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